martes, 10 de abril de 2007

Epicuro: B y C



B) Los “Pecados Capitales” (denominados así por ser “cabeza” o principio de todos los demás pecados) muestran claramente la cuna de todo lo moralmente reprobable. Esta codificación moral, que si bien fue formulada en el medioevo tiene una sorprende actualidad, está cruzada transversalmente por una problemática ética fundamental: la posibilidad de acoger hospitalariamente al “otro”, al prójimo (el que está próximo) como una persona válida por sí misma. Dicho de otra manera el entender a los seres humanos que están frente a mí, cualquiera sea su condición, como un “interlocutor válido”, como un fin en sí mismo. Lo que verdaderamente constituye el mal moral es entender al “otro” como un “medio”, como un objeto que puede ser utilizado para el propio beneficio, en conformidad al principio del “amor a sí mismo”.

1-Soberbia (ante el deseo de alto honor y gloria)
2-Avaricia (ante el deseo de acaparar riquezas)
3- Lujuria (ante el apetito sexual)
4- Ira (ante un daño o dificultad)
5- Gula (ante la comida y bebida)
6- Envidia (resiente las cualidades, bienes o logros de otro porque reducen nuestra auto-estima)
7- Pereza (del desgano por obrar en el trabajo o por responder a los bienes espirituales)

C) Comparamos los 7 pecados capitales con Epicuro porque el nos cuenta que en la vida hay que disfrutar de los placeres, pero a su vez ser responsable de esto, ya que su exceso puedo traer problemas (siempre teniendo cuenta los placeres innecesarios y necesarios). Un ejemplo común es el placer de poder descansar cuando estamos agotados; esto es bueno, mientras seamos concientes de esto, porque si esta abunda en nuestras vidas se puede juzgar como pereza. Otro ejemplo puede ser el de la persona que siente placer por comprar diferentes cosas, si esto es compulsivo fácilmente llegaría a la avaricia.
Por lo tanto queda entendido que el placer necesario o innecesario debe ser medido, para lograr que su disfrute sea pleno y no se transforme en un pecado.

1 comentario:

Pablo de Tarso dijo...

muy pertinente, muy bien!