miércoles, 12 de septiembre de 2007

Convicción

La bailarina de ballet.


Una joven había tomado clases de ballet durante toda su infancia, y había llegado el momento en que se sentía lista para entregarse a la disciplina que la ayudaría a convertir su afición en profesión.

Deseaba llegar a ser primera bailarina y quería comprobar si poseía las dotes necesarias, de manera que cuando llegó a su ciudad una gran compañía de ballet, fue a los camarines luego de una función, y habló con el director.

- Quisiera llegar a ser una gran bailarina, le dijo pero no sé si tengo el talento que hace falta.

- Dame una demostración, le dijo el maestro.

Transcurridos apenas cinco minutos, la interrumpió, moviendo la cabeza en señal de desaprobación.

- No, no tiene usted condiciones.

La joven llegó a su casa con el corazón desgarrado, arrojó las zapatillas de baile en un armario y no volvió a calzarlas nunca más. Se casó, tuvo hijos y cuando se hicieron un poco mayores, tomó un empleo de cajera en un supermercado.

Años después asistió a una función de ballet, y a la salida se topó con el viejo director que ya era octogenario, ella le recordó la charla que habían tenido años antes, le mostró fotografías de sus hijos y le comentó de su trabajo en el supermercado, luego agregó:

- Hay algo que nunca he terminado de entender. ¿Cómo pudo usted saber tan rápido que yo no tenía condiciones de bailarina?

- Ahhh, apenas la miré cuando usted bailó delante de mí, le dije lo que siempre le digo a todas, le contestó.

- ¡Pero eso es imperdonable! Exclamó ella, arruinó mi vida, ¡Pude haber llegado a ser primera bailarina!

- No lo creo, repuso el viejo maestro. Si hubieras tenido las dotes necesarias, no habrías prestado ninguna atención a lo que yo dije.

Autor: Anónimo.

Libro: A quien corresponda.

Esto se podría relacionar con dos filósofos muy importantes: por un lado con Epicuro, ya que se este decía que el placer es el principio y el fin de vivir felizmente, por lo tanto si ser bailarina, o lo que fuese, nos causa placer no tendríamos que dejar de serlo por una simple crítica. También lo podemos relacionar con Sócrates, debido a que en este diálogo se deja muy en claro la ignorancia de la joven, y el maestro irónicamente la deja en ridículo diciéndole que haberle echo caso en realidad era una decisión de ella; y que no se tendría que haber basado en su opinión.

A mi entender, este cuento resume perfectamente la actitud que “deberíamos” tener para lograr lo que se busca. Si a uno realmente lo hace feliz ser, en este caso, bailarina, no tiene por qué dejarse llevar por una mala crítica. Por el contrario, si fuera yo, seguiría adelante tratando que esa crítica me haga más fuerte frente a un camino que seguramente estará poblado de obstáculos que deberé enfrentar sola.

Si uno posee un sueño, no tiene por qué dejarlo de lado por pensamientos ajenos. Habría que pelear por lo que uno realmente desea y lo que lo va a hacer feliz por el resto de su vida. Sino, ¿qué razón tendrían nuestras vidas, si no es pelear por lo que a uno lo hace feliz?

No sé ustedes, pero yo prefiero pasarme la vida luchando por un sueño, que derrocharla en una rutinaria infelicidad.

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